Oftalmología Fernando Ortiz

¿Qué son las moscas flotantes (Miodesopsias)?

Por qué se debe revisar el fondo de ojo

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     El ojo es una estructura que es hueca por dentro y está rellenada en su parte posterior por un líquido viscoso, gelatinoso y transparente como la clara de un huevo: el vítreo. Este líquido esta adherido a toda la retina por uniones débiles y uniones más fuertes, estas últimas situadas en la periferia, en la cabeza del nervio óptico y en la mácula (el centro de la visión).

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    El vítreo está compuesto sobre todo de ácido hialurónico y de una malla de finísimas fibras de colágeno que actúan como soporte para dar al ojo una estructura globulosa.

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    Por diversos factores (edad, traumatismos, etc...), estas fibrillas se pueden romper y  formar pequeños grumos que cuando estamos mirando hacia un fondo claro (el cielo, el techo blanco, una pantalla, etc…) los percibimos como pequeños puntos, filamentos, sombras que se mueven con el desplazamiento de la mirada. Esto se conoce como degeneración vítrea o licuefacción vítrea. No hay tratamiento alguno para restaurar a su estado inicial este líquido pero siempre se debe hacer un estudio de fondo de ojo para evaluar posibles riesgos o benignidad, dado que en un porcentaje de los casos, al romperse las fibrillas, se pueden generar roturas de la retina que pueden llegar a convertirse en un desprendimiento de retina.

     

    En otras ocasiones, aparecen manchas flotantes más grandes que dan la sensación de verdaderas moscas que están en nuestro campo de visión. Éstas son producidas porque el vítreo ha sufrido un colapso parcial o de todo su cuerpo (como una cortina que se cae) y en su caída ha arrastrado las uniones más fuertes (retina periférica, la cabeza del nervio óptico o la mácula) pudiéndose producir roturas de la retina en estos puntos de unión. Esto se conoce como desprendimiento vítreo.

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     Este desprendimiento vítreo puede ser peligroso porque si arrastra tras de sí la zona de la retina de la mácula, puede crean un agujero retiniano en el centro de la visión, lo cual nos llevaría a una disminución de la visión y borrosidad de los objetos que vemos. En este caso el tratamiento casi siempre es quirúrgico para intentar la adecuada cicatrización y así restablecer la claridad de la visión (aunque nunca vuelve a ser como antes del accidente).

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     Si el descuelgue del vítreo arrastra tras de sí parte de tejido retiniano de la periferia, puede ocasionar agujeros de retina, desgarros retinianos y hasta rotura de vasos sanguíneos. Los síntomas que puede dar un vítreo que se está desprendiendo pueden ser visiones como de luces circulares alrededor del ojo (el vítreo está traccionando de la retina en sus puntos de anclaje), relámpagos (indicativos de tracción del vítreo en una zona en concreto de la retina que está más débil) o irrupción brusca de muchísimas mosquitas flotantes (indicativa de que la tracción vítrea ha roto un vaso sanguíneo y está sangrando).

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     Si se realiza un fondo de ojo y encontramos un desgarro en la retina, se puede tratar mediante láser, y así evitar que progrese hacia un desprendimiento de retina. Cuando se llega al desprendimiento de retina, la única opción que queda es la cirugía de desprendimiento de retina para evitar mayor pérdida de visión.

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    Por todo ello, es importante que ante la nueva aparición de "moscas flotantes" o la visión de "luces o relámpagos", acudamos sin demora a nuestro oftalmólogo para revisar el fondo de ojo.